La puja de intereses que hay en torno a la actividad comercial se materializó en una jornada de desconcierto y disparidad en el microcentro. Compradores confundidos; comerciantes preocupados; empleados frustrados; y sindicalistas ofuscados fueron los condimentos que más sobresalieron en la ensalada de normativas vigentes y a la falta de unificación de los criterios a seguir ante la segunda ola de covid-19.
La jornada de hoy, en tanto, se avizora mucho más conflictiva y caótica. El gremio adelantó a LA GACETA que movilizará en todo el macrocentro para que los locales bajen sus persianas a las 19. La Cámara de Comercio, a su vez, afirmó que solicitará apoyo a las fuerzas públicas y a las autoridades municipales para que se les respete su derecho a trabajar.
Desconcierto
Locales que acompañaron el horario corrido; algunos que trabajaron discontinuo, como lo hacen habitualmente; otros que hicieron jornada dividida, pero adelantaron una hora la apertura y el cierre por la tarde; y también hubo casos con jornada corrida que se extendió más de las 19 porque la competencia, que se acogió al horario cortado, seguía trabajando. Eso fue un poco lo que se vivió durante la siesta y la tarde en el microcentro. ¿Por qué tanto desorden?
En sintonía con un decreto nacional y otro provincial, el Comité Operativo de Emergencia (COE), a través de la Resolución 69, dispuso que el comercio trabaje de 10 a 19 con el fin de disminuir la circulación de las personas en las calles ante la suba de casos de coronavirus (ayer se reportaron 568 positivos nuevos y siete decesos). El documento, sin embargo, no obliga a los municipios a adherir, sino que los invita a hacerlo. Por este motivo es que la Cámara de Comercio remarca que el Decreto 3.074 de la Municipalidad capitalina, emitido en noviembre de 2020, los avala a elegir su horario entre las 7 y las 21.
La secretaria general de la Cámara, Sofía Guraiib, consideró que esa confusión era previsible por las distintas normativas. Remarcó que no están haciendo nada ilegal ya que el decreto municipal los avala. Afirmó que sucede algo similar en Concepción, Yerba Buena, Aguilares o Monteros. “No hay ninguna posibilidad de que trabajemos de corrido y cerremos a las 19”, dijo. Justificó que las ventas son nulas a la siesta, e insistió con que impulsan que a la tarde se trabaje de 16 a 20.
Del sector opuesto, la Sociedad de Empleados y Obreros del Comercio (SEOC) aseguró que en asamblea se decidió hacer movilizaciones en todo el macrocentro para que los locales cierren antes de las 19, sin importar si trabajan de corrido o no. “Sí o sí se los hará cerrar. El COE no hace nada. Hay una pandemia y esto es una anarquía”, protestó Oscar Cano, secretario de administración.
En Casa de Gobierno pidieron la colaboración del sector comercial para reducir la circulación. A su vez, recordaron que el intendente Germán Alfaro se comprometió a acatar las resoluciones.
Voces “desafinadas”
Ayer a las 19, un grupo de SEOC recorrió las peatonales y reclamó bajar las persianas en locales que optaron por el horario corrido. Hubo momentos de tensión en un local de ropa deportiva de Muñecas al 100. Los encargados argumentaban que sus jefes le pedían seguir atendiendo porque la competencia optó por el horario cortado. “Hay una competencia desleal”; “¿Por qué ellos tienen más ventaja?”; “todos han hecho lo que han querido”; “dijeron que era de 10 a 19, pero aquí hacen lo que se les canta el o…”, fueron algunas de las frases que se escucharon.
Empleados consultados por este diario coincidieron todos en que prefieren el horario corrido, pero la mayoría reconoció que se vende muy poco a la siesta. A su vez, consideraron que la falta de claridad en el horario genera incertidumbre en los compradores. “Hubo mucha confusión y la gente no está acostumbrada. Tienen que tratar de unificar”, dijo Andrea, que trabaja en un local de ropa deportiva.
Alejandra hizo horario corrido en una casa de accesorios. Reconoció que ayer a la siesta el movimiento fue muy bajo y que casi no hubo ventas. A su vez, contó que le adelantaron que hoy volvería al horario desdoblado.
Karina, que trabaja en un local de lencería de la peatonal, dijo que trabajar ocho horas de corrido es agotador, pero que está dispuesta a hacer ese sacrificio para poder hacer otras actividades en su día. En cuanto a qué horario funcionaría mejor, fue tajante: “el problema no es el horario sino la situación de la gente”.